¿Por qué me cuesta tanto tomar decisiones?


En este artículo hablaremos de lo que es tomar decisiones a nivel global desde que sabor de la bebida quiero, si me comeré ese dulce que tanto quiero, si me arriesgare en el negocio o si tan solo espero que mi pareja cambie.

 

La toma de decisiones es un tema que todos hemos pasado pero pocos prestamos atención, algunos aprenden mecanismos propios y rituales para tomarlas (con la que me sienta en paz, cara o sello, se lo dejo a la margarita, pido una señal del cielo); otros a su vez deciden ser más calmados y esperan que los demás tomen las decisiones que ellos les cuesta tanto tomar (has lo que quieras, yo espero por ti, no puedo hacer nada porque él/ella no quiere hacerlo).

 

Y es que la paradoja en este tema resulta que aunque tú no decidas tomar una decisión conscientemente ya estas decidiendo. ¿Acaso no les ha pasado que toman su tiempo largo para tomar una decisión pero resulta que cuando la toman ya la otra persona las ha tomado por ustedes, o es muy tarde para decidir lo contrario?

 

Entonces si es algo que todos pasamos y es a diario ¿Por qué a veces resulta tan complicado tomar una decisión?

 

Y para explicarlo mejor les traigo las tres R

RIESGO

RESPONSABILIDAD

RENUNCIA

 

Para poder tomar una decisión debemos colocarnos en riesgo, aunque pensemos todos lo pro y los contra de cada solución a nuestro conflicto siempre habrá un riesgo que debemos tomar, recordemos que aunque planifique alguna situación nunca va a salir como lo pensamos. Así que sea cual sea la decisión que tome habrá riesgo tanto de que salga bien como que salga mal.

 

Quien toma una decisión por muy insignificante que sea tiene la responsabilidad de asumir las consecuencias sean buenas o malas. Este es un punto álgido, pues muchas personas nos cuesta tomar la responsabilidad de nuestras acciones y es por esto que muchas veces preferimos que sean los otros quienes tomen las decisiones por mí. “Si se equivocó se equivocó ella/él no yo”.

 

Creo que esta es la más difícil y es renunciar, a los pros de las otras alternativas o muchas veces a lo no puedo seguir teniendo en mi vida por la decisión que debo tomar. (renunciar a los hábitos, a personas que no me llevan por el mejor camino, maneras de pensar).

 

Entonces, ¿Cómo se toma una buena decisión?

 

ü  Lo primero que debemos hacer es definir en sí cual es el conflicto o el problema, muchas veces no tenemos en claro que es lo que produce el malestar en otros o en mí. Podemos ayudarnos con las siguientes preguntas

¿De toda la situación qué es lo que más me molesta?

¿Qué no tolero?

¿Qué siento o que pienso que quiere hacerme sentir el otro?

 

ü  Evaluar las alternativas, estas ayudan a ver las posibles soluciones, las podemos anotar, describiendo los pros y los contras de cada una. Escríbelas todas aunque sientas que no vaya a funcionar mucho, puedes colocarle un porcentaje a cada una, según sea el nivel de agrado, recordando que estas soluciones deben responder a la problemática real que nos planteamos en el paso anterior. 

ü  Puedes elegir uno o dos alternativas cuyos porcentajes sean mayores, releer es una excelente opción. Puedes anotar los riesgos, la responsabilidad que debes tomar junto con cada decisión y ser consciente de lo que debes renunciar.

ü  Por último entonces toma la decisión con la que te sientas más seguro y capaz de asumir sus riesgos, oportunidades y responsabilidades.


La toma de decisión es personal, cada uno tiene el poder de su vida en sus manos, cada opinión es importante, cada paso es importante. No dejemos en manos de otros nuestra felicidad o nuestro porvenir. Aunque a muchos no le agrade lo que estás haciendo, si te hace sentir bien toma el riesgo, siempre y cuando tu decisión no lastime a nadie (ni a ti). 


Y recuerda si tienes una situación muy difícil en la cual solo no hayas la solución siempre puedes contar con la ayuda de un especialista en el área. No esperes más, el tiempo es ahora.

Escrito por Psic. Anaiz Núñez

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